La
clase del pasado jueves 21 de febrero fue muy especial. Todos estábamos nerviosos y con unas ganas
increíbles de empezar nuestra coreografía en el hall de la facultad.
Previamente comentamos los últimos detalles para que todo saliera lo mejor
posible y practicamos unas cuantas veces para ver un resultado próximo al definitivo y a la vez probar nuevos movimientos y captar otras oportunidades para crear cada uno su estilo a la hora de actuar.
La coreografía que acordamos estaba basada en un tipo de
danza creada por David Zambrano que consiste en realizar movimientos que permiten al cuerpo estar en estado de alerta constante mientras
interiormente se mantiene la calma. Se utilizan las espirales, desequilibrios,
suspensiones, giros, curvas, cambios de ritmo y dirección y un importante dominio del espacio. Dejarse llevar pero atentos a cualquier oportunidad de cambio, de improvisación, con compañeros, con material o con nosotros mismos; ése era nuestro objetivo.
Tras varios ensayos, la coreografía tenía
mejor pinta pese a no tener una estructura definida: estábamos preparados para llevarla a cabo en público. Así pues, nos pintamos las caras y nos vestimos según acordamos en una sesión anterior y nos
dirigimos al hall en fila como lo habíamos practicado. Y comenzó el "impro-show".
Fue un éxito total. Nos sentimos artistas por un día e incluso recibimos una fuerte ovación de los que se encontraban por allí y con curiosidad se quedaron a observar la escena.
MANU
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