Más tarde poco a poco íbamos desplazándonos hacia la zona de espera. Nos dispersamos por allí y nos acercábamos a la gente o nos sentábamos en los asientos libres y como habíamos hecho antes nos quedábamos totalmente congelados.
A continuación, salimos a la calle y en el semáforo de al lado de la plaza de toros aprovechando que se ponía en verde realizábamos otra vez el frozen.
En conclusión fue una experiencia única en la que pudimos aislarnos del mundo por unos minutos y concentrarnos en nuestro objetivo de quedarnos lo más congelados posible y posteriormente comprobar el impacto que habíamos causado en las personas que estaban allí y porque no reivindicar la importancia de la lectura en nuestras vidas.
¡Muchas gracias a todos nuestros compañeros por haber compartido esta experiencia con nosotros.
MANU
No hay comentarios:
Publicar un comentario